Apoyo continuo durante el parto: Una tradición atemporal confirmada por la ciencia
- 3 oct
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El parto es uno de los umbrales más intensos que una mujer puede cruzar. Es físico, sí, pero también profundamente emocional, psicológico y cultural. Nadie entra en el parto sin transformarse — y ninguna mujer debería atravesarlo sola.
A lo largo del tiempo y de las culturas, las mujeres siempre han estado acompañadas en el parto. Madres, hermanas, abuelas, amigas, parteras — alguien estaba allí para sostener el espacio, guiar, tender una mano o susurrar palabras de aliento. En los hospitales modernos, esa presencia a veces se ha perdido entre las máquinas y los protocolos. Pero la ciencia nos recuerda algo que las culturas siempre han sabido: el acompañamiento continuo y compasivo transforma el nacimiento para mejor.
Una amplia revisión publicada en 2024, basada en 35 ensayos clínicos aleatorizados, confirmó lo que las tradiciones de parto han demostrado durante siglos: la presencia de apoyo continuo marca la diferencia en los resultados positivos del parto.
Las mujeres que contaron con un acompañante durante todo el trabajo de parto tuvieron menos probabilidades de dar a luz por cesárea. Sus bebés obtuvieron mejores puntuaciones de Apgar y ellas mismas describieron una mayor satisfacción con la experiencia. Y esto no es nuevo. Durante décadas, estudios — desde revisiones Cochrane hasta investigaciones etnográficas — han repetido el mismo mensaje: cuando una mujer se siente acompañada, los resultados mejoran. No solo en la sala de partos, sino también en las semanas y meses que siguen.
No se trata solo de tener a alguien más en la habitación. Se trata de ser vista, escuchada y sostenida en cada ola del parto. El acompañamiento continuo calma el miedo, reduce las hormonas del estrés y da espacio a la oxitocina — la hormona que impulsa las contracciones y acerca al bebé. También moldea la experiencia psicológica. Las mujeres que se sienten apoyadas suelen hacer más preguntas, tomar decisiones con mayor seguridad y colaborar más fácilmente con el equipo médico. Más tarde, muchas describen una cuarentena más tranquila, un inicio de lactancia más fluido y una transición a la maternidad menos abrupta.
La antropóloga Robbie Davis-Floyd ha descrito el parto como un rito de paso, un viaje en el que la transición hacia la maternidad se marca con rituales de cuidado y comunidad. En todas las sociedades existen huellas de esta verdad: una mujer no da a luz sola. Es sostenida por su gente, ya sea mediante rituales de rebozo en México, tradiciones parteras en el norte de Europa o la presencia de abuelas en África y Asia.
When we bring a doula or continuous companion into the modern birthing room, we are not inventing something new. We are reviving something very old, and very human.
In my own work with families, I have witnessed the quiet power of presence. Women who feel accompanied often stand taller in their decisions. They breathe more deeply, trust more fully, and find a rhythm that is uniquely their own.
And this way of birthing - feeling deeply supported and safe - also shapes the first days with the baby. Breastfeeding begins with more ease, partners feel included in the story, and mothers have a gentle recovery and more energy to care for their new baby.
The beauty of continuous support is that it does not belong to one culture or one profession. It belongs to humanity. And now, with growing scientific evidence, we can see clearly how essential it is — not an “extra,” not a luxury, but a protective factor for mothers and babies alike.
The hospital environment may be modern, but the need is timeless: no woman should have to labour alone.

Una invitación a ser acompañarte en el parto
El acompañamiento continuo en el parto no es solo un hallazgo científico. Es una necesidad humana atemporal: ser acompañada, vista y sostenida en uno de los momentos más transformadores de la vida.
Cuando acompaño a las familias, ofrezco presencia, cuidado y herramientas que ayudan tanto a la madre como a la pareja a sentirse más tranquilos, seguros y en control. No sustituyo al equipo médico; camino a vuestro lado, asegurando que vuestras voces y necesidades no se pierdan en el proceso.
Si te estás preparando para dar a luz en Copenhague y deseas la seguridad de un acompañamiento holístico y continuo, sería un honor caminar contigo. Juntos podemos crear un círculo de cuidado que sostenga no solo el momento del nacimiento, sino también la suave transición a la maternidad y paternidad.
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